El equilibrio entre la vida personal y profesional queda plasmado en un drama donde sus personajes se ahogan en un mar de desesperanza después de que pierden sus trabajos
Por Víctor Sifontes en Cine
La crisis financiera del 2008 fue un golpe que dejó a muchas personas sin trabajo, y sin una visión clara de su futuro, sin importar de qué sector estemos hablando. Incluso Hollywood se vio afectada, azotando a decenas de producciones. Por supuesto, este evento sirvió de inspiración para formar historias llenas de drama, y sin duda, The Company Men (2010) fue una de las más convincentes.
La película estuvo a cargo de John Wells, quien debutaba como director de cine con una producción impresionante. Aunque, lo cierto es que Wells ya tenía bastante experiencia dirigiendo algunos dramas de televisión.
¿De qué trata The Company Men?
The Company Men es un drama que te hará sentir compasión por personajes que en un principio resultan despreciables
La película sigue las consecuencias de la crisis financiera de 2008, que dejó sin trabajo a cientos de personas, entre ellos Bobby Walker, interpretado por Ben Affleck, un joven prometedor que no solo ha perdido su trabajo, pues, también debe tener en cuenta a su esposa e hijos.
Lamentablemente, Phil Woodward, papel de Chris Cooper, corre con la misma suerte; ha invertido 30 años de trabajo y, en cuestión de días lo ha perdido todo.
Por último, Tommy Lee Jones interpreta a Gene McClary, vicepresidente ejecutivo de la misma compañía quien hace lo posible por detener la reducción de su personal a pesar de las insistencias de su consejero delegado, sin embargo, la empresa necesita mantenerse a flote.
La maravilla de la película está en Walker y McClary, quienes navegan a través de un futuro incierto
Si bien la trama es envolvente, realmente su punto fuerte es su reparto: Affleck, Cooper y Jones, todos ellos con interpretaciones muy distintas, cada uno se encuentra en una etapa diferente de su vida, y esto afecta su forma su manera de enfrentar la crisis.
Walker (Affleck), inicialmente intenta ocultar la gravedad de la situación a su familia, fingiendo normalidad mientras malgasta el dinero que ya no tiene en lujos como su Porsche y el club de campo, como si se tratase de la persona en la que fue inspirada El lobo de Wall Street. Su actitud ante la búsqueda de empleo es incluso peor, insultando a un posible empleador y dejando mensajes de voz despreciables a su antiguo jefe. Sin embargo, la interpretación de Affleck nos muestra que detrás de esa fachada detestable y arrogante, se esconde un hombre avergonzado por su incapacidad para mantener a su familia y que necesita desesperadamente encontrar un nuevo camino.
Woodward (Cooper), en cambio, refleja una desesperación mucho más profunda desde el principio. A diferencia de Walker, que aún es joven, Woodward tiene más de 60 años y es consciente de que su edad lo convierte en un candidato poco atractivo para los empleadores. Un ejemplo claro es la experiencia donde una asesora animaba a Walker, mientras que a Woodward le recomendaba teñirse las canas y dejar de fumar para tener alguna posibilidad en este despiadado mercado laboral.
Finalmente, la desesperación de Woodward lo lleva a tomar un camino que termina oscureciendo aún más la película y dejando en evidencia el terrible impacto que la pérdida de su trabajo ha tenido en él.
La vida y el trabajo deben permanecer en equilibrio
Una película llena de giros, contraste y drama
El director John Wells se encarga de explorar el contraste entre la vida profesional y personal de sus personajes, algo que ya había hecho en el pasado de forma exitosa en otras producciones.
A lo largo de la película, McClary choca con Salinger por los despidos, pero la situación se complica aún más por su profunda amistad y su rol como cofundadores de la compañía. La aventura de McClary con su compañera de trabajo Sally Wilcox hace aún más dolorosa su posterior despedida por parte de ella.
Wells, al exponer tanto las virtudes como los defectos de McClary, crea un desdicha de personajes convincente y que logra atraparte de una forma inexplicable, incluso cuando no se tiene ni la menor idea de como funciona el mercado de valores. Incluso, podría decirse que es una de las mejores películas de drama de la historia. Y de hecho, teniendo en cuenta cómo la economía mundial se encuentra, una vez más, en fase de turbulencias, esta película ha cobrado aún más relevancia recientemente.
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